Vomitando

Me dí cuenta tarde que ya no comprendías el juego y que las reglas ya habían perdido interés. No siempre las cosas acaban demasiado tarde o demasiado temprano. Acaban sin mas, como la imagen que cada mañana me refleja en el espejo del baño mientras intento reconocerme del otro lado con otros ojos. Me lavo los dientes y escupo sin pensar que podría ser el último resquicio de una vida vacía y sin adjetivos. Una vida sin emociones y desequilibrios que persuaden el pensamiento. Y sin embargo, cuando uno esta tumbado en la cama, con alguien que te da un poco de calor, y una musiquita que suena allá a los lejos es ideal y también justo te das cuenta que el separador de tu libro tiene un Miró y dice lór de l'azur y es bello...sin comprender porqué, sientes eternidad por un momento y te gustaría que la luz de la mesita de noche nunca se apague y el olor a tabaco de tu almohada sea un tatuaje. Un histórico recuerdo.
Un recuerdo de aquello que alguna vez te hizo feliz y que hoy como una grulla de papel de diario se ha convertido en una pelota para Floyd el gato gordo...
En el preciso momento en que tu barrio pierde nitidez, forma y tamaño, ella se asoma a la ventana y te regala unos buenos días estudiados, y ya estas contento porque sientes que no necesitas mas que existir y te devoras el mundo y te ríes a carcajadas y te tomas el café con aquel que tanto deseabas y otra vez lo invitas a tu cama, para que el fin por fin, justifique los medios, y resulta que esa persona no es mas que un eslabón de esta cadena que se llama Estupidez.