Una vez estuve casada.
Una vez dije que amaba.
Una vez hice las cosas que tocaba.
Quise un gato, un marido, una casa, una vida.
devora
marchita
amenaza.
Hubieron círculos en tu vida y en la mía, Verónika. Cíclicos estados mentales y vitales. Yo a veces también, te envidio, ¿sabes?.... Envidio cada poro de tu cuerpo capaz de sentir la piel de los vivos. De aquellos que saben emocionarse, de los mortalmente divinos. Envidio tu capacidad de creer en mi, aún sabiéndome en La Violeta. Este lugar, que vive de las utopías y reconstruye su propia naturaleza.
bajaras de la montaña
para quedarte conmigo para siempre.
bajaras para amar libremente
sin propósitos ni horarios.
Entrarás, por fin, al sur de los pecados.
Donde todo es perdonado
y donde despertar es divino.
Me gusta, sí. Tienes arranques geniales. Las palabras se quedan en el aire, las vas cogiendo, las colocas.
ResponderEliminarSabes que bajaría desde cualquier punto cardinal, pero sé que no es para mi.
Un abrazo.
las brújulas ya no existen, solo los Gps... asi que es cuestión de arrancar motores e ir hacia donde nos lleve el destino. Me ha gustado eso de las palabras en el aire, ojalá pudiera abrazarlas a todas y crear, crear y crear.... me alegro que le guste.
Eliminarabrazole.;)
¡¡¡VeK!!!
ResponderEliminarYo, sinceramente, prefiero la soledad de las montañas. O cualquier otro sitio donde no exista el exceso de palabrería hablada, escrita o visual que en estos incalificables tiempos, llega imparable hasta nuestros indefensos ojos y oídos.
Más que nunca el dicho es perfecto: "el silencio es oro". Es realmente difícil de conseguir. La montaña es un buen refugio.
Abrazo-Tes.
Tinin!, montañas, forever!!! asi de simple, me llaman y me llamarán la atención toda la vida, muchisimo mas que el mar. Las dos cosas me suponen un respeto enorme y una eternidad magnifica, pero la montaña no me da miedo, el mar si. Siento el mar, muchisimo mas poderoso, en cambio la montaña en el sur de los pecados, tiene que ser un lugar de lo mas envidiable :P besote
Eliminar¿Y por qué joder a Carola, si La Violeta, más que un paraje de ilusiones parece la construcción de un espacio libertario, donde todo cabe y nada es motivo de culpa o prohibición, ni siquiera comer de cabeza o engendrar a plena luz del día en el medio de la plaza? ¿Por qué, entonces, reprimir a Carola?
ResponderEliminarOpino lo mismo que Ud, pero Veronika tiene la manía de no dejar hablar a nadie, imagínese cuando se encuentra con su otro yo? Ah no! IMPOSIBOL!:)) grande Noya...
Eliminartal vez la Violeta no sea un lugar de paso, quizás finalmente se trate del punto de arribo, y no tenga que partir jamás.
ResponderEliminarTal vez, sea el lugar donde uno tiene que morir...;))
EliminarAl sur de los pecados, dicen, es el lugar perfecto. Y así creo yo.
ResponderEliminarSi, vos sabes que a mi es un lugar que me llama altamente la atención....tenés un Gps?
EliminarMe hiciste acordar a Zaratustra. Así de inmenso.
ResponderEliminarUn beso o 2 #
A la pipetuá!...!!! Smith!
ResponderEliminarseguramente era en ese lugar, allí, en La Violeta, donde una vez Lila vio llegar a Carola con unas flores...dónde estaría verónika ese día? fingiendo su propia muerte, seguro.círculo perfecto.
ResponderEliminarvas creciendo, maestra
besos*
Siempre es mejor resguardarse en esa montaña de utopías donde verse a uno tiene mejor gustito. De vez en cuando me doy una escapada.
ResponderEliminarPero tu has podido cruzar al otro lado para reconocerte??? tia cada día me sorprenden más tus poderes.
ResponderEliminarPor cierto, tengo por aqui una monedita tipo Lola Flores, como te la mando :P ja ja ja
Besazos enorme y ácidos
Inmenso, redondo como esos círculos, y ese juego con el espacio; una delicia.
ResponderEliminarMuero por estar en La Violeta.
Estupendos los versos que nos has dejado, como siempre un placer pasar por tu casa.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Nos marchitamos cuando esperamos algo de los demás...
ResponderEliminarTu manera de poemar, de escribir sentimientos y con sentimiento... es una maravilla. Todos quisimos algo, y todos, alguna vez... Un gato, también.
ResponderEliminarUn abrazo, de domingo.
Mario
Cuando te leo, me olvido un poquito de que existo. Si te releo empiezo a contemplarte. Y me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.