La maldita costumbre de guardar tus cartas. La maldita costumbre de recrearme en tu olvido y la puta costumbre de recordarte en canciones.
Una vez me quisiste. Cierta vez te enamoré y ahora somos parte de un olvido provocado, obligado y un "mejor no te pienso".
Para ciertas cosas tengo memoria. Para ciertos amores recuerdo detalles. Para este ir y venir de añoranzas no tengo ni la mas mínima intención de re - vivir - te.
Creo que acabo de traerte otra vez a mi cuerpo. A mi boca. A mi cama. Y eso no se hace.
Poema para el recuerdo que te trajo.
Fuiste
adiós.
deseo.
adiós.
amor
para siempre
me cago, en dios.
No sé si tanto amor merece tanta blasfemia.
ResponderEliminarDe todas formas no sé si Dios existe.
Un abrazo.
Dios no entiende de blasfemia.
EliminarDios no es católico.
ResponderEliminarEl poema me gusta, sobretodo la última línea
:P
Dios soy yo.:P
EliminarEl tiempo todo lo transforma en fotografías color sepia...
ResponderEliminarsi.Efectivamente.
EliminarMe ha gustado mucho esa rabia, tan literaria, tan real. Ese olvido del cual reclamamos eficacia y que a la vuelta de la esquina se pierde, nos deja otra vez con ese recuerdo involuntario que nuestra endeble voluntad quiso olvidar; tarea destinada al fracaso y la vuelta al sentimiento de fracaso por la pérdida de lo que quizá debió perderse y eliminarse, pero echamos sal en la tierra y vuelve a crecer y arde otra vez y el cuerpo responde...Uf! Qué bien lo has descrito, con esa rabia de saber que dos más son cuatro y que da bronca igual. Besos.
ResponderEliminarAmén.
EliminarLa ignorancia es la madre de la osadía.
ResponderEliminarPonlo con mayúscula... si quieres concretar.
never.
Eliminarel señor noya lo ha dicho todo. Adhiero.
ResponderEliminarY tambien contigo.:P
EliminarMe cago en dios, incapaz de torcer el rumbo de ciertas cosas...
ResponderEliminarPor mi culpa. :)
EliminarUfff, lo diria con un Jack Daniels rompiendolo todo, algun día lo hago, te lo aseguro, en un hotel despues de un puta conferencia. O frente al verdulero....
ResponderEliminarodio cuando te pones romántico, Jack.
ResponderEliminarEl pasado cambia, muchas veces, cuando cambia el presente.
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