Claro, era hijo de madre soltera luterana y estricta educadora; cómo no se me ocurrió pensar que era el asesino de toda esa gente. Los titulares en La Violeta llegan de manera ficticia. No hay periódicos, no hay noticias. Me las invento. Necesitamos un asesinato. Seamos sinceros. Necesitamos que alguien muera. Con puñaladas, diez quizás.O que haya sido un ajuste de cuentas o cuestión de amantes y traiciones.Seamos sinceros, tanto viento suave y sol en la colina, no motiva mas que a los románticos. Hoy dejé de ser romántica. Hoy quiero follar salvajemente, escupir al suelo, patear latas vacías y mandar al mismísimo fin del mundo a Doña Elena.
Cuando sonó el teléfono no dudé en atender al monstruo de las galletas.Creí que iba a recibir amenazas de amor, pero en cambio una voz dulce atravesaba el túnel.
No murió nadie.
En los titulares de hoy decía: LA VÍCTIMA EXISTE, a pesar de que el tiempo se empeñe en olvidarla.
Y yo pensé que amarte en silencio debería ser uno de los diez mandamientos. O diez cuchilladas, o diez versos, o diez formas...de diez maneras distintas.
Cuando follas salvajemente se para todo. Yo quise hacerlo pero no pude, veía pasar las colinas, y los árboles y un papel flotando. Me fue imposible.
ResponderEliminarEs una delicia el leerte. Un abrazo.
Vaya....
Eliminarel papel era azul?
¡¡¡VeK!!!
ResponderEliminar¿Deberían ser once los mandamientos?
... Y once: AMARÁS EN SILENCIO (de diez formas diferentes), (recitando diez vesos) y, (utilizando diez cuchillos de cocina bien afilados, para cortar los diez malos royos que hieron que nunca amaras en silencio hasta ese momento).
Cariños cariñosos para tí, querida amiga.
Amigo... no sé si deberían ser once, pero si es verdad que todos hemos amado en silencio y se juzga ese sentimiento tan simple y verdadero como cualquier otro.
Eliminarbesos
Amar en silencio a decir verdad podría ser la trama del mejor policial negro. La víctima es uno, o en el mejor de los casos el amor silencioso revela una psicosis que nos convierte a nosotros en asesinos en potencia.
ResponderEliminarLa víctima, psicopática o no, vulnerable o no, asesina o no...siempre uno es la víctima.
ResponderEliminarbesos, damián.
Así es como se mata, y en silencio, la víctima vice su muerte.
ResponderEliminarAsi es como se mata...si... no lo había pensado así, tiene razón.
ResponderEliminarbesole.
Yo amo en silencio. Y soy una enferma. Todos los saben.
ResponderEliminarUn beso o 2 #
enferma de fantasías.
EliminarNo había imaginado que en La Violeta pudiera matares al amor, aun con el relativo sentido de esa palabra. Pero todo territorio sufre el capricho de quien lo gobierna. Y de vaivenes están hechas las márgenes de los caminos, ni hablar de sus sinuosidades. En fin, matr a la vecina y renegar de lo que se ha privado es preparar el verdadero día de furia; y mucho pum pum; y no es mala idea ver un poco de explosión y que vuele todo a la mierda....besos
ResponderEliminarEn la Violeta seguro que no pasa...pero era la necesidad de explotar por algún lado...esto demuestra que al fin y al cabo, en la realidad o en la ficción, se nos ve la pluma.:P
Eliminares verdad, necesitamos que alguien muera...tanto, como amar en silencio.
ResponderEliminardebería llegarme hasta La Violeta
besos, maestra*
Necesitamos pasión... vida.. intensidad.. sino estamos muertos..
ResponderEliminarLa parte oculta de nosotros mismos...
ResponderEliminarMe apena que La Violeta se contamine de la realidad de las megaciudades.
ResponderEliminarSiempre en mi pensamiento será ese refugio, ese lugar con el que sueño visitar.
Besos.