Ese día mirá resulta que nos levantamos mas temprano de lo habitual porque esto de trasnochar con el jazz y los wiskys se nos estaba tornando una costumbre así que decidimos escuchar a Buscaglione un rato mas y sacar todas las fotos posibles y pude ver a una chica apoyada sobre el muro de piedra del bar sola y algo pensativa y enseguida concluí que el jazz definitivamente da para todo y estaría triste seguro que estaba triste aunque estaba ahí pero la cosa es que vino Jim a decirme no sé qué cosas del saxo tenor desafinado y no quise escucharlo porque Jim siempre tiene un algo que decir sobre las cosas que justo esa noche yo había elegido quitarle importancia entonces volvimos caminando a casa bajo una luna que alumbraba todas las baldosas y discutíamos acerca si era luna llena o cuarto menguante y no me acuerdo cómo nos dormimos y si fumamos el último cigarrillo solo sé que nos levantamos temprano y tomamos un café recién hecho como los que siempre deseo y nunca salen pero esta vez sin sacarinas ni mierdas después de todo ese día sería el ultimo pero nadie lo sospechaba claro nadie lo sabia ni intuía que seguidamente de subir al coche iríamos por esa bendita o maldita carretera rodeada de girasoles secos que no indicaban
dónde estaba el sol ni el deslumbramiento y bueno también es verdad que lo último que vi fueron las manos de Joseph golpeando el volante siguiendo el ritmo de la música.
Punto y aparte.
Sonaba Sun Hits the Sky de
Supergrass.
MMMM...
ResponderEliminares cómo si lo viese....
cómo si te viera...
Supergrass, estridente! Aunque este sea un escrito de jazz, y wishky!
ResponderEliminarSiempre sufriendo eh?
ResponderEliminarBesos.
habitándote julio*
ResponderEliminarSI RAYUELA, llegué a pensar si no estaba transcribiendo un párrafo de El perseguidor. Además de por como osó jugar con la normativa...
ResponderEliminarMe gusta el jazz en los relatos junto con las trompetas. Me gustó mucho el relato
ResponderEliminarUn beso
¡¡¡VeK!!!
ResponderEliminarTomar un café recien hecho -sin sacarina-, acompañada por alguien con quien has dormido después de pasarlo genial el día anterior, es un buen recuerdo para llevarse al jardín de las flores marchitas.
Relatas genial.
Si piensas que me he perdido, te equivocas, solo ando de vacaciones y le doy descanso al ordenador.
Un cariñoso abrazo, querida amiga.
La señorita Rouch dándome con un caño, :) la adoro.
ResponderEliminarNúnca leí El perseguidor.
Lo busco in-situ.
noooo, Veronique. AcSolutamente no. Lea YA el Perseguidor, pero YA. Mayor mérito aún.
ResponderEliminarY quien si no el o Don Mario individualizando la normativa. Recuerde el librito que le regalé en Bs As. De eso hablaba, gusana.
Creo que somos varias las personas "afectadas" por el jazz estos últimos días.
ResponderEliminarLo que acabo de leer es una maravilla.
Un beso o 2 #
Literatura y jazz, veo que que vas por el buen camino...excelente el relato.
ResponderEliminarBeso
Para otra, prepárale "The Shaggs", a ver si Joseph sigue el ritmo. Me he quedado pillado y sólo les escucho a ellas; ya verás qué punto! Es en serio.
ResponderEliminarA mi tambien me gusta esa música, pasaba a saludarte me
ResponderEliminarvoy de vacaciones hasta Septiembre,
que tengas una feliz semana.
un abrazo.
Cuentas unas cosas que parecen cobrar vida en la mente de quien las lee...
ResponderEliminarCreí haber dejado comentario aquí. En fin, cosas interenéticas. Imperdonable para alguien que prefiere Cortázar a Cervantes no haber leído El Perseguidor. Creo que tenés tarea para el hogar. Bello texto, me gustó mucho. Besos.
ResponderEliminarLos puntos y aparte, marcan cambios de senderos por recorrer...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
No me gusta el Jazz, aunque he de reconocer que aquí suena distinto...
ResponderEliminarBesos guapa.
Agrio, muy agrio...aunque esconda un montón de recuerdos cariñosos...cambiaria el sabor, desde luego del cafe sin sacarina. por el de un buen ribera... Besotes!!!
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